Nuevo C5: Persiguiendo a la Diosa

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Citröen le ha hecho un lavado de cara considerable a su buque insignia, el C5. Realmente ha sufrido un cambio radical, con unas líneas mucho más elegantes y deportivas que el anterior y bajo el lema «carácter alemán, espíritu francés» quiere competir en el mercado de las berlinas de alto nivel. De momento parece que le puede plantar cara al nuevo A4 y, como no, a sus competidores de siempre, el Ford Mondeo y el Renault Laguna.

 

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EXTERIOR

Por fuera, esta enorme berlina, derrocha diseño y elegancia por los cuatro costados y para los nostálgicos nos recuerda a ese mito de Citroën, el DS, conocido en España como «El Tiburón».

 

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Su estilizada figura le confiere la presencia de berlinas de lujo y no tiene que envidiar nada a su hermano mayor el C6. Y es que este nuevo C5 ha crecido por fuera, haciendo de esta berlina francesa una opción muy recomendable para los que no quieran desembolsar el dinero de una berlina de lujo y no perder ni un ápice de la exclusividad que ofrece el nuevo Citroën.

No obstante el hecho de que ahora sea más grande implica un mayor peso y es un hándicap a la hora de circular por ciudad en lo que respecta al consumo.

 

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Si nos fijamos en el innovador diseño nos damos cuenta que destacan los faros traseros, muy distintos a toda la gama de la marca francesa. En cuanto al morro ha marcado una línea a seguir, de hecho el nuevo C4 es bastante similar. Su gran corpulencia hace que tenga una gran presencia cuando lo vemos circulando por las carreteras. Algunos incluso se han atrevido a comparar su diseño con el del nuevo A4, aunque sinceramente hay una gran distancia entre los dos.

 

INTERIOR

Al contrario de que lo pueda paracer, esos centímetros que ha ganado el C5 por fuera no se notan en el interior del vehículo y es que el nuevo es más pequeño por dentro que el antiguo. La voluminosidad de los asientos delanteros penaliza en espacio a las plazas traseras, que se hacen justas para las piernas. Pero aún así, el nuevo C5 es un coche para que cuatro pasajeros adultos viajen con toda comodidad.

 

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La capacidad de carga del maletero (439 l) es más que suficiente para albergar el equipaje de sus ocupantes, aunque quizá, para su volumen general se podría haber aprovechado más.

 

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En cuanto a los mandos y la consola central peca de demasiados botones que hacen que cada vez que quieres utilizar uno, tienes que pensar cual pulsar, lo que resta segundos valiosos para estar atento a la carretera. Los mandos que controlan el gps y el botón de las luces de emergencia están muy alejados del conductor y más próximos al copiloto, algo que debería estar situado al contrario. Un punto flaco de todos los Citroën es la parte interior del volante que es fija. A mi personalmente me resulta bastante incómodo a la hora de girar porqué en algunos momentos se te queda enganchada la mano. Un toque de diseño poco práctico en realidad.

 

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Pero en lo que sí ha ganado este C5 es en los acabados. Ahora se respira calidad, gusto y diseño. Reglajes eléctricos en los asientos, unos asientos que  agarran a la perfección, aunque el reposacabezas se encuentra un poco lejos. Además en los acabados de más nivel se puede tener masaje en el asiento del conductor, algo que resulta muy cómodo en los viajes largos. Estos y otros detalles lo acercan a esa posición de las berlinas de lujo.

 

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MOTOR

 

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Este 2.7 V6 HDi 208 FAP CAS mueve con mucha soltura los 1.841 kg de peso del nuevo C5. Una suavidad de marcha impecable que unida a la perfecta insonorización del conjunto hacen una delicia conducir la berlina francesa. La transmisión automática autoadaptativa con mando secuencial saca el máximo partido a los 208 cv, aunque sí que es cierto que cuando engrana la primera marcha le cuesta salir, pero aguantando un segundo el acelerador, el C5 se dispara.

 

CONDUCCIÓN

La nueva berlina de Citroën es un tiburón de la autopista. Ahí se mueve como pez en el agua y es donde se puede aprovechar su gran potencial, ya que a velocidad constante el consumo se reduce a una media de 6,5 l cada 100 km y su comodidad de marcha, gracias a su suspensión Hidractiva III+, de serie en este modelo, y a la insonorización del interior, hacen el viajar con el C5 un auténtico placer. Deborar kilómetros es su principal razón de ser. Eso sí, hay que mantenerse atento al velocímetro porque el potente motor mueve con tal agilidad el coche que aceleramos prácticamente sin querer, el coche vuela.

 

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Y no es que en carreteras reviradas se defienda mal, pero sus medidas y su peso lo hacen algo más torpe en este tipo de carreteras. Esta claro que es un coche para largos viajes.

 

PRECIO

Se puede disfrutar del gran salto cualitativo que ha dado el C5 desde 22.040 euros la versión básica del motor de gasolina de 127 Cv. El más barato de los diésel se situa en 22.740 euros con un motor HDI de 110 CV. Y las versiones más potentes y más lujosas llegan a los 35.950, este es el que nosotros hemos probado con 208 cv y el acabado exclusive.

 

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A FAVOR

*Su renovada línea y su salto cualitativo en los acabados interiores

*El acierto de los motores diésel, sobre todo el de 208 CV

 

EN CONTRA

* No ha crecido por dentro tanto como se espera al verlo por fuera

* Le falta un poco de estabilidad en carreteras reviradas

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